No quiero nuevamente el ardor, ni fervor, ni manantial.
Sólo te quiero en silencio, pero diciendo sí.
Y sólo me quiero en silencio de una vez, pero pudiendo hacer.
Ni amor ni dolor ni penas ni luto.
Silencio. De esos que no se venden al mayor postor. De las pausas en tiempos de finales.
No es que me sienta tan ausente que no pueda contener secreciones lacrimales, nuditos de garganta. Sólo que al regresar a casa, dos basuritas peleaban entre sí a ver cuál le pegaba primero a mi vista… Y como tengo dos ojos, se metieron nomás... de maleducadas.
Carol-Bord
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