Escribiéndome... para romper violines

12.3.11

Cuando vos fuiste...

La verdad, porque estas dos palabras en suma dan esa sensación de única verdad irrefutable (cosa que me encanta), es que no te voy a contar el itinerario kilométrico que hice en monopatín, mientras vos aprendías a dar la vuelta manzana con los pies. Porque yo llegué hace largo rato bailando tango, pero vos todavía estás preguntando las calles para volver.

Carol- BordLa que ladra

8.3.11

Women

no tengo idea de qué estación estoy más cerca: de Evelyn en Obsesión Mortal, de Cora en El cartero llama dos veces, de Annie Hall, de Rouse, de Julieta, de Frida, de Yoko, de Olimpia de Gouges, de Safo de Lesbos, de Alfonsina, de Electra, de la Raulito.
En fín. No sólo los 8 de Marzo hay que replantearse la importancia de tener afinidad con la cera.
¡¡Feliz día!!


Carol-Bord Play misty for me


5.3.11

a ver si chusmeás esto...

Me acuerdo de ese día del memo- juego, y tengo el fresco recuerdo: Te apareciste de alguna casa vecina con un paquete de regalo, y propio de mi padre egocentrismo, presupuse, era para mí. ¡Lo era!. Un juego extraordinario, el cual me bastaba para sobrevivir a tardes memorizando razas de perros, y sorprendiéndome de que existían, como diría alguna maestra, marcas de caninos, ya que los míos, eran extraídos siempre de cajas / cartones.
Me acuerdo de esas caminatas siempre al Súper, y temporalmente temprano. Digo, yo era una miniatura de lo que soy ahora (si es que existe cosa más pequeña), y vos, en ese contexto de tu vida, te clonabas para cumplimentar con toda regla de ciudadana prematuramente adulta y responsable.
Me acuerdo, y no te rías, más allá de mi electricidad al filo de romperte la paciencia, te observaba como nadie. Porque se me habrá cruzado, no pocas veces, esto de querer ser como vos; de pensar como vos, de sentir como vos, de actuar como vos.
Me acuerdo, pues, yo absorvía todo eso que veía y lo reproducía. Hasta que, claro, me di cuenta de que mi rol no era ese; no era ser tu réplica, sino, admirarte hasta siempre, abriéndome camino con mi espíritu transgresor y darte motivos para que me llames la atención con sugerencias maternales de vez en cuando.
Y posteriormente, fui sorprendida por tus convicciones de querer otra cosa para tu vida. Y me encanté al comprender que la misma persona que me resguardaba de errores (como quien cuida su más preciada adquisición), era la misma perfecta persona con la que años más tarde, me embriagaba, con esas charlas que se archivan en el segmento "Confesiones"; y bueno, ahí comprendí que el idilio que veía en vos, era simplemente esa admiración que seguiré manteniendo firme, como los glúteos del que usa productos Sprayette. Porque solemos admirar siempre aquello que no somos. O que nos gustaría ser. O que simplemente no llegamos a ser: Tenemos $ 0,90 y nos falta para el boleto mínimo, entonces esos $0,20 que no poseemos nos provocan interés y demanda de atención. Y te decía, se rompió el idilio con el primer vino que compartí en mi vida con vos. Pero se rompió el idilio, para darle paso a algo aún mejor: la hermosa realidad. Que era comprender que en el fondo a la derecha, detrás de ese saco de profesionalismo y talento que solés usar, se esconde la simpleza que se complica fácil, pero ante eso, se esconde tu más natural estado: el espontáneo, el malvado (con el que tanta afinidad tengo), el cómplice (gracias), el servicial, el sensible al extremo, el que pide simplemente que le digan cuánto lo quieren, le den un abrazo, y salgan a caminar con él.

Y bué, hay cierto porcentaje de mí persona que te agradece haberlo creado. Entre otras cosas, gracias por hacerme escuchar "La hija del fletero" a los 10 años.


Carol- Bord Need you darling, like the fish needs the sea.