La soledad es a veces una fiel aliada.
Las batallas ganadas sin ella, son jolgorio pero vacío. Son falta de mí, son la ausencia de mi reflejo en el lago. Esta dependencia a no sé qué, a no se quién, me ayuda a ganar batallas, pero me quema la cabeza por no poseer(me).
Las batallas que llevo perdidas con ella, me succionan y me chupan. Me debilitan y me carcomen la dignidad. Pero luego me susurran que pronto ganaremos, sabiendo siempre reconocerme. Aprendiendo a reconocerme. Aprendiendo a conocerme. Poder enfrentarse a uno mismo, a uno mismo solo, a uno mismo solo y sin nada, nadie... Es batalla ganada en un futuro. No sé en qué futuro.
No sé si ese futuro llegó hace rato, o si es alguno a largo plazo distante, o, si con algún changuí, será en los próximos días. Puede que me tenga como a una Penélope del Siglo XXI esperando por él, mientras chequeo mails. Puede que me tenga expectante, de aquí a cien años, rogando heredar algún gen de Narciso... Sin ahogarme en el intento.
Sólo sé, que ese futuro, me va a ver llegar firme, con uñas de ardua trabajadora y piel áspera de tanta lucha. Sé que ese futuro me va a ver llegar, reinventarme como siempre suelo hacer. Sé que me va a ver llegar...
Carol- Bord Me verás volver a la ciudad de la furia
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