El blanco de atracción de los seres humanos, es tan variado como cuestionable. En medio Oriente, por ejemplo, las mujeres ven el mundo tangible, con menos claridad que Stevie Wonder; sus velos son emblema y respeto... Y eso al macho ha de excitarlo demasiado. En China, el famoso suceso que recae sobre las bebas recién nacidas, con sus cajitas como cárcel de pies, a fin de que los mismos no crezcan demasiado, dio lugar a que los hombres chinos, antes que mirarlas a los ojos, o mediomirarlas, espíen minuciosamente si los pies femeninos, son lo pequeño como para invitarlas a salir. Claro que el fetiche del pie, no muere en Asia.
Los occidentales, por ejemplo, dependiendo desde dónde se mire, tienen prototipos muy definidos y siendo, por definición, el centro umbilical del universo, convierten a sus gustos culturales como los únicos posibles. Un anglosajón, indudablemente, hará culto al pollo frito, y en ausencia del mismo, a la mujer estilo Baywatch.
Un boricua, tendrá una tendencia a la fijación visual (y acaso perdición) sobre las prominentes caderas femeninas. Bajando un poco más, llegando hasta nuestros pagos, es claro que, el objeto de deseo que pertenece al otro objeto de deseo denominado mujer, que quita el sueño y estabilidad masculina... Me perdí; Los hombres ya no miran más el culo y las tetas. No lo miran más, o los piropos que en mí recaen son: o bien falacias, o bien mi cabeza que crea personajes que emiten cosas elegantes (pero no irreales) que quiere escuchar. Todos personajes por mi desconocidos y distintos. Buenos Aires, Argentina. Año 2012.
1) Realmente, el color rojo en los labios, te sienta muy bien.
2) Debo admitir que tu piel es muy linda; muy suave.
3) El mechón rubio te queda muy bien.
4) Tu ombligo es excitante.
Seguiré, pues, buscando motivos a estos dichos; seguiré formulando hipótesis conmigo misma. Preguntándome ¿me tomarán el pelo?, Si lo hacen ¿se tomarán un Uvasal después?; ¿Lo dirán en serio, y son los nuevos hombres del S. XXI, que reconocen los colores en los labios femeninos; distinguen cuándo una fue a la peluquería, detectan la textura de una piel sin siquiera tocarla, y se estimulan con ombligos?
¿Sos vos, o soy yo?
Carol-Bord Yo estoy al derecho... Dado vuelta estás vos.
La rubia tarada quedó lejos o la mujer del S XXI recupera el valor que nunca debió perder, el hombre como objeto del poder y la mujer como objeto del hombre... Vale la pena respirar en un mundo tan antihumano? Sí, con cambios sí.
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