Escribiéndome... para romper violines

24.4.13

Sobre bondades y sospechas



 Se es bueno y se es tonto muchas veces. Digo, siempre y cuando el bueno tienda a ser tan astuto como un ladrón de caramelos que carga sus manos de golosinas tan tentadoras como a-tentadoras al hígado.
 Entonces, pues, el bueno-tonto ya no tiene sus manos vacías, sino colmadas de envoltorios de dulces y paralelamente (turnándose derecha e izquierda, respectivamente) de su estómago asqueado, hastiado, harto de sentirse mal a causa del objeto de su deseo.
 ¿Al bueno lo toman de boludo con tácticas de seducción que resultan ser falsamente oportunistas, o es el bueno quien da la mano, deseando que se agarren de su codo sin reparar en toda connotación o secuela del "masoquismo lamentable"?
 El bueno...
¿Es un ente anormal que aún no ha nacido; es un idilio humano; es un tipo que tiene errores y se manda sus cagadas; o es un tonto que hace de bueno porque es más vivo que los tontos reprimidos? Anhelo, la correcta sea la tercera opción; eso significaría una posibilidad de que aún puedo, tal vez, acercarme al camino del bien rumbo al Nirvana.
 El bueno es bueno y punto.
 Pero, ¿existe la bondad tomada de la mano de la traición?
 Uno es bueno, ¿y en simultáneo puede, también, ser un buitre al acecho?




Carol-Bord... Se hace la reflexiva...



1 comentario:

  1. Filosofía simple y clara.
    Ojo, a no confundir con barata, que de asequible no tiene nada, y muchas veces, lograr incorporarla, está lejos de ser una ganga...

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