Voy afuera a fumarme un pucho porque se me nubló la vista literal y el encierro no parece ser lo mejor después de una rutina de hikikomori nerd. Dejar de fumar -al menos en estos momentos- nunca estuvo barajado... Me voy a morir, lo sé. Pero si puedo saciar un poco este colapso mental entre mares de café y enfisemas pulmonares. está muy bien.
Salgo y enciendo el cigarro. Escucho ruidos. Vienen del piso de arriba. Es mi vecino garchando. Escuchan que estoy ahí pero no les importa. Cada día que comienza es para él un sinónimo de una nueva conquista amorosa. "Si fuese mujer, lo que comentaría el barrio..", pienso derrotada, y sigo parando la oreja. Se escucha todo tipo de artilugios sonoros sexuales.
Un suertudo -pienso- qué genio.
Es policía, me contradigo.
Decidí dejar de salir a fumar y ahogarme en mi aislamiento. Es menos sano para mis pulmones, es más aliviador para mi psiquis.
Carol-Bord... Charlas conmigo