Cuando parece que hablar de derechos de género es redundante, una obviedad o cliché, me encuentro con gente que desconoce por ignorancia adrede o anula por convicción basada en la cultura, las cuestiones de fondo que hacen que cientos de miles de almas alcen las voces para pedir que no nos maten, que nos paguen igual salario por igual labor, que no nos impidan el acceso a los ámbitos históricamente "de hombres", que no nos impongan roles del infierno, que no nos vendan a un superhéroe que de héroe nada tiene, como solución para limpiar un inodoro, preocupación existencial femenina...
Cuando parece que cuestionar estas cosas es ser una completa jodida que odia a los hombres o una malcogida, hay una contradicción: ¿Es obvia la inequidad pero molesta el reclamo?
Pero, por otro lado, aquellxs que eligen ignorar la cuestión se ven en zonas de confort; Es como si a un burgués bien acomodado del período de Revolución Industrial le chupara un huevo la situación inhumana a la que era sometida la clase trabajadora, hacinamiento mediante, explotación laboral, extensas jornadas, nada de derechos y casi nula paga; Sería lo lógico; No es de su incumbencia, no se siente afectado: no es él quien lo sufre. Naturalizaría la brecha desigual... "antes eran estamentos, ahora son clases sociales... Si te toca estar de ese lado y a mí de este, hay que bancársela para mantener al engranaje capitalista", pensaría tal vez. Si ese mismo burgués de carácter egoísta y sin conciencia social se viera "amenazado" por protestas sociales en reclamo de mejoras de condiciones laborales y sueldos dignos, como la historia ha sido testigo, seguramente mostraría su negativa, temiendo tal vez, perder lo que es suyo, lo que cree merecido. Lo mismo sucede con los ignorantes crónicos y cómplices pasivos del patriarcado: les es invisible la problemática de llamémosle la desigualdad de género, en principio porque carecen de esa sensibilidad que algunxs llaman empatía. Y en segundo lugar, por lógica, debido a la naturalización de un hecho que, a priori, creen que no los ve afectados.

Pero, pensemos por un momento qué sucede cuando se les plantea esta cuestión; Eligen invisibilizarla. Eso es una elección. No hace mucho tiempo, debatía con un completo desconocido, de esos con los que no te une nada más que una amiga que lo conoció por Badoo, y la charla en un momento giró en torno al feminismo. Su primera reacción fue deleitarme con frases inconexas del tipo: "No me vengas a hablar del neo feminismo... -término acuñado por él y por un universo de ignorantes- Ese es el otro extremo... Ni machista ni feminista... Ustedes son feminazis... Tengo amigos que fueron maltratados por mujeres... A Barreda le hincharon mucho las pelotas y el tipo reaccionó, como vos me estás hinchando las pelotas ahora... Tendría que tirarte por el balcón..." Un genio.
La lógica, para él, es que las mujeres debemos ser esas muñecas de porcelana moldeadas por el creador de una Barbie, que se ríen de los chistes de su novio (por boludos que estos fueran), le cocinan, le lavan la ropa y se queda calladitas la boca en caso de una eventual crispación de la pareja. Ah, en lo posible que no miren fútbol ni opinen de política...
En lo personal, considero que eso esconde un miedo, un profundo miedo de perder lo nunca conquistado sino dado como natural y que es la pieza clave para que el sistema machista continúe vigente.
La cultura genera eso: Hombres y mujeres que se rigen por esta ley establecida universal en la que un hombre es picaflor si vive su sexualidad plenamente y una mujer algo peor que la vergüenza social por lo puta; Cánones de belleza femeninos inalcanzables, como si la bandera de llegada fuese la perfección en una carrera en que los valores intelectuales no participan; Roles y mandatos sociales; "Mujer, aprendé a cocinar para cuando te cases..."; "Varón, si no sos el proveedor económico, no sos lo suficientemente macho".
En esa línea entendemos las feministas, fluctúa nuestra sociedad patriarcal, ambos géneros lo sufrimos. Las mujeres son las oprimidas. No es novedad. Bueno, al parecer para algunos, sí.
"Mientras no se haga realidad una perfecta igualdad económica en la sociedad, y mientras las costumbres permitan a la mujer disfrutar como esposa y amante de los privilegios que corresponden a algunos hombres, el sueño de un éxito pasivo se mantendrá, frenando su propia realización." (Simone De Beauvoir - "El segundo sexo")
La equidad que se reclama históricamente (desde aquellas sufragistas europeas a las que el poder patriarcal ha sabido ridiculizar y reprimir), responde exclusivamente a la necesidad de IGUAL acceso a mismos derechos; A que cualquier mujer pueda incursionar en el ámbito que más la haga feliz sin trabas ni tabúes; a obtener igual salario por igual trabajo; a que las tareas domésticas sean distribuidas equitativamente; a poder pisar los lugares de poder históricamente dominados por los hombres sin ser subestimadas.
En otra escala, el machismo no es sólo cerrarnos puertas y ponernos palos en la rueda a niveles de realización personal: El machismo crudo y propiamente dicho tiene otra cara, incrustada y grabada a fuego en lo social; Los micromachismos, ese conjunto de conductas machistas que por pequeñas para quien se ha educado con ellas, pasan inadvertidas y es por este motivo que no llegan a revertirse; y que aún peor, genera incomodidad señalarlas como tumores sociales, a saber; El acoso callejero, la cultura de la violación, la violencia de género simbólica que se ejerce desde algunos medios de comunicación y que nos reflejan como culos y tetas; los tan dañinos 'juegos' o 'colores' de nenas o de nenes que comienzan a operar como chips de conductas individuales y sociales; la violencia publicitaria que constantemente nos bombardea con roles impuestos; Los hombres manejan los autos, los hombres fuman, los hombres toman cerveza... Las mujeres limpian baños, cocinan, le sacan los piojos a lxs hijxs, y la que impera actualmente: La que nos muestra como mujeres todo terreno porque "estamos a las corridas llevando a los chicos al cole, los mandados, la casa, el perro, el trabajo"... La pregunta que me gustaría hacerle a los guionistas del horror de estas publicidades es: "¿Y los maridos de esas mujeres qué carajo hacen mientras?", "¿por qué nosotras tenemos la imposición de ser las anfetadas que corren para cocinarle al marido, ocuparse de sus hijxs, de la casa, tooodo esto además de trabajar?"
Y entenderán: Feminismo es esto. Ni más ni menos.
Es venir a cuestionar a aquel pequeño burgués que mencionaba al principio; es venir a decirle: "Yo existo también, soy un ser humano como vos, merezco los mismos derechos y beneficios".
Lejos está el feminismo de odiarte, varón; El feminismo comprende que en menor medida, vos también estás siendo oprimido; que el modelo de macho duele y lastima, que podés sumarte a la lucha, que nada vas a perder, sino que estás aportando y mucho al tomar conciencia y desnaturalizar lo cultural; y cuestionar todos los días lo que se nos impuso, y ayudar a propagar los conceptos reales de aquello que te enseñaron mal sobre el feminismo... Que en definitiva, si estás a favor de la igualdad, entonces estás a favor del feminismo.
AUDIO ¿De qué hablamos cuando hablamos de violencia de género? - Carolina Bisgarra
Carol-Bord